Otra luna llena. Imprescindible nuestro satélite natural -en cualquiera de sus fases- para regular las mareas y mantener el equilibrio en el que vivimos. Luna llena. Insustituible para el misterio y para el amor. Allí sigue dando vueltas en torno a la tierra, aunque los expertos aseguren que luna y Tierra gravitan en realidad sobre el centro de masas de ambos y es su propia rotación la que causa las vueltas metódicas, sometidos todos al gradiente gravitatorio, la gravedad. Por eso le vemos siempre la misma cara, que, según sea la iluminación del sol, crece, decrece, se oculta o brilla en resplandor. Sea como fuere, todos giran en armonía. La Tierra en torno al sol, la luna de comparsa rueda alrededor de nuestro planeta. Si el sol fuese una pelota de fútbol de 22 cms, la Tierra sería un piercing de 2 mm. y la luna una esquirla de 0,5 mm. en un viaje constante de casi 28 días, que coincide sin magia con el ciclo menstrual de las mujeres.
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